Si se sigue considerando la tierra únicamente como un activo refugio, no es probable que se produzcan plusvalías significativas en los próximos años, sin embargo, somos optimistas y pensamos que existen medidas que pueden aumentar el valor de nuestras tierras de cultivo.
Debemos responder con mayor rapidez y sensibilidad a las necesidades de los consumidores, unos consumidores cada vez más informados y selectivos que están demandando productos de mayor valor añadido.
Asimismo, es fundamental aumentar la rentabilidad de nuestras explotaciones a través de Investigación Desarrollo e Innovación, con nuevas variedades, nuevas razas, y con más y mejores avances tecnológicos que reviertan en formas de explotación más eficientes.