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22 de mayo de 2023
Los modelos flexibles ofrecen rentabilidades más altas que otros productos residenciales y traen a inversionistas profesionales por su fuerte perspectiva de crecimiento.
El residencial en alquiler, en sus distintas modalidades, sigue liderando las preferencias del inversor y con buenas previsiones para los próximos años.
El gran potencial de crecimiento del sector living se explica principalmente por la consolidación de formas de trabajo más flexibles, una mayor movilidad de la población y nuevas realidades demográficas, que han generado la necesidad de ofrecer en el mercado nuevas propuestas de alojamiento. Además, ofrecen una mayor asequibilidad y accesibilidad en relación a los modelos clásicos.
Así, la inversión tradicional en el sector residencial está virando y apuesta por proyectos en base a las actuales necesidades de las personas, con soluciones habitacionales compartidas que se adaptan a nuevos estilos de vida y necesidades según el momento vital.
Una demanda que atrae a inversionistas profesionales en busca de crear una oferta especializada en living, como las residencias de estudiantes, los alojamientos para la tercera edad o el coliving.
El segmento living aglutina modelos que tienen en común la idea de que los habitantes del inmueble compartan una vida en común. Junto al build to rent, han llegado otros modelos como el co-living, el senior-housing o el student-housing, inmuebles diseñados y adaptados a las necesidades de cada perfil.
Propone un nuevo estilo de vida en el que los inquilinos comparten espacios comunes y sus servicios, pero también experiencias y aficiones. Actualmente nuestro país cuenta con unas 1.250 plazas de coliving, pero se espera que se sumen más de 5.000 nuevas plazas durante los próximos dos años.
Destaca entre el resto por ser el modelo más flexible de todos. La demanda de coliving es la que persigue aunar de una manera más clara los conceptos de producto más servicio.
Además, a estos conceptos se está sumando otro que cobra cada vez más fuerza, el de la sociabilidad. Ya no es suficiente con disponer de espacios privativos junto a otros comunes y ciertos servicios, los demandantes de espacios de coliving esperar conseguir un sentimiento de pertenencia y sociedad dentro de esta solución residencial.
Con un enfoque muy claro en una población de entre 26 y 40 años, la demanda que está buscando este tipo de producto son hogares unipersonales o parejas sin hijos (tipologías familiares cuyo porcentaje dentro del total de la población mantiene una tendencia creciente) con posibilidad de nomadismo digital, o al menos, cierta flexibilidad en el trabajo.
Están apareciendo oportunidades importantes para el coliving en entornos suburbanos. Hasta ahora la mayoría de las operaciones y desarrollos de este modelo se concentraban en los centros de las principales capitales, asociados a los CBDs.
Sin embargo, las ventajas que pueden tener los edificios de coliving en ubicaciones menos céntricas pueden marcar una importante ventaja competitiva al poder contar con una mayor superficie para destinarla a espacios comunes o servicios asociados a un precio más ajustado.
El concepto de construir para alquilar ya es un modelo afianzado en nuestro país, como demuestran los datos de inversión de cierre del año pasado, donde este segmento acaparó más de la mitad del total invertido en inmuebles residenciales. Esta circunstancia se debe principalmente a dos causas:
Los datos apoyan estas cuestiones. En el momento actual, casi el 25% de los españoles viven en régimen de alquiler, frente al 20% de 2010.
Inmuebles multifamiliares aptos para personas mayores, centrados en el estilo de vida, un estilo de convivencia para las personas que allí residan, con el objetivo de preservar su autonomía en todo momento.
La inversión en el segmento senior, en paralelo a la del sector sociosanitario, no ha dejado de crecer en los últimos años, tanto a nivel europeo como en nuestro país.
Los patrones demográficos en España no dejan lugar a dudas de que la demanda en el sector seguirá siendo fuerte. El envejecimiento de la población significa, en última instancia, que la necesidad de viviendas para mayores seguirá aumentando.
En España, en 1950 el porcentaje de personas mayores de 65 años era del 8%, creciendo hasta el 11% en 2010 y alcanzando el 20% en 2022. Esto nos revela a qué velocidad va aumentando este sector de la población, con una estimación de un crecimiento del 0,65% interanual de aquí a 2030.
Estas previsiones, así como el dato de que España sea el cuarto país en el ranking de mayor esperanza de vida, han motivado al perfil inversor, consiguiendo este segmento el 9% del total de la inversión en el sector living en nuestro país.
Nuestro país es uno de los destinos favoritos de los estudiantes internacionales. Las residencias de estudiantes han captado casi el 30% del total invertido en el sector living, cerrando operaciones por valor de unos 1.250 millones de euros y triplicando la cifra de 2021.
Esto ha llevado a nuestro país a la segunda posición europea en volumen de inversión en este tipo de activos, captando el 8% del total y por detrás de Reino Unido (que acaparó las tres cuartas partes del total invertido en residencias de estudiantes en 2022).
El mercado de residencias de estándar moderno (espacios vanguardistas y de alta calidad que también presentan una oferta de servicios e instalaciones adaptadas) están acaparando la demanda, y por lo tanto, las oportunidades de negocio.
Los estudiantes prefieren estos espacios frente a las residencias tradicionales (colegios mayores, residencias públicas, residencias religiosas…), pese a que este tipo de activos supone el 65% del total de la oferta actual.
La inversión en este modelo se considera anticíclica. A la hora de invertir en residencias de estudiantes, se tiene que analizar cada ciudad y su normativa urbanística, así como entender la escala de oportunidad en cada mercado. Depende de la ubicación, cuál es la movilidad geográfica o cuántos son los estudiantes de primer curso, entre los principales criterios.