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23 de enero de 2023
Build to Rent, los Data Centers y los activos del sector socio sanitario serán los protagonistas del sector en el nuevo ejercicio.
El sector inmobiliario encara 2023 como un año de ralentización en la inversión en prácticamente todos los sectores. Tras un 2022 que marcó un récord histórico en inversión, estos buenos datos no han impedido que en los últimos meses hayan crecido las advertencias sobre un cambio de ciclo.
Al esperado enfriamiento de la demanda que va a experimentar el sector inmobiliario se une la inflación existente y los altos costes de construcción. Sin embargo, el atractivo del inmobiliario español en los mercados europeos y globales sigue creciendo.
Por el momento, la incertidumbre está llevando a los inversores a adoptar una posición de wait and see.
La vivienda se presenta como uno de los activos refugio preferidos para los inversores. El sector inmobiliario ofrece seguridad en un mercado imprevisible, una posición ventajosa lograda gracias a las sólidas bases sobre las que se ha constituido la actividad de este nuevo ciclo, con unos actores mucho más consolidados y saneados desde el punto de vista financiero y que están aplicando unos planes de negocio realistas y precavidos.
El sector residencial será uno de los que resistirá con bastantes garantías este entorno incierto. Además, estamos observando varias tendencias que serán claves en el sector y serán predominantes en el interés inversor. Independientemente del contexto, creemos que los segmentos que presentarán un mayor crecimiento serán los activos destinados al Build to Rent, los Data Centers y los activos del sector socio sanitario.
En el lado contrario, creemos que el sector hotelero, el retail y el hostelero pueden ser los que más sufran la incertidumbre del sector y un potencial incremento del paro y empobrecimiento de la población, puesto que esto afectará directamente al consumo y podría rebajar la rentabilidad que ofrezcan estos activos.
Nuestro último Informe refleja un incremento del precio de la vivienda del 3,3% con respecto al mismo periodo del año 2021. El precio de la vivienda se ha situado en los 1.507 €/m2, por lo que sigue aproximándose al máximo histórico, registrado en el primer trimestre de 2008, aunque todavía se mantiene un 29,7% por debajo.
Esta cifra supone que una vivienda de 90 m2, con un valor promedio, tendría un precio de 135.630€, frente a los 131.310€ del año pasado.
Durante los nueve primeros meses del año, el comportamiento de las compraventas presentaba un crecimiento del 9,3% frente al mismo periodo del 2021. Esperamos un cierre de año con un crecimiento menor, pero en positivo; y una contracción moderada (no superando el -10%) durante 2023.
En el momento actual partimos de un crecimiento mayor en el alquiler (en entornos del 8%), por lo que, pese a los descensos, no creemos que vayamos a ver contracciones severas en los precios ni este ejercicio ni el próximo dada la presión que ejerce la demanda sobre una oferta escasa en número y calidad, sobre todo en los más importantes núcleos urbanos.
Durante los nueve primeros meses del año, los visados de dirección de obra nueva para viviendas se han mantenido relativamente estables, con una leve caída del -0,9% frente al mismo periodo de 2021. Con los fundamentales macroeconómicos actuales, y la subida en los tipos de interés, es bastante posible que el cierre del año presente una cifra negativa. En función de la permanencia de estos criterios, durante el año que viene podríamos llegar a ver caídas significativas, del orden del -5% o algo superiores.
La evolución del stock de vivienda nueva ha ido descendiendo ligeramente (en torno a un -2,5% interanual) desde el año 2010. Es altamente probable que esta tendencia se amplie durante el presente ejercicio y el siguiente, debido a una posible disminución en el volumen de proyectos de vivienda durante 2023.