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19 de julio de 2021
Detectar y valorar los tangibles de las empresas permiten conseguir liquidez para decisiones estratégicas, inversiones o en proyectos de reestructuración.
La valoración de los activos tangibles de una empresa como maquinaria, líneas de producción o instalaciones pueden ser una importante fuente de recursos y financiación. Esa valoración puede ser clave también para determinar las sumas aseguradas en pólizas de daños, en el proceso de la compra-venta en operaciones corporativas o para el análisis de la vida útil entre otras finalidades.
Así coinciden los expertos que participaron en una nueva edición de los ciclos de valoración organizados por Madrid Network. La mesa redonda estuvo moderada por Gema Sanz, directora de Relaciones Institucionales de Madrid Network, y contó con la participación de Jesús Fernández, director de Building Survey de Gesvalt; Pedro Álvarez, director del área de Valoraciones Industriales de Gesvalt; y Juan Carlos Canudo, director de Inversiones Alternativas de Solventis.
Habitualmente, los activos tangibles se utilizan como refuerzo de garantía en los procesos de refinanciación o reestructuración. Jesús Fernández señala que “cuando hablamos de los activos tangibles de una empresa nos referimos a aquellos bienes que tienen carácter físico y de los que además podemos obtener liquidez de ellos. Entran en esta categoría los edificios, mobiliario y todo lo asociado a la actividad y la producción de la propia empresa”.
Si bien las empresas conocen sus activos esenciales, según Juan Carlos Canudo, “no tienen claro cómo monetizar esos activos”. Por ellos sugiere que es positivo tener a mano la valoración para maximizar su capacidad de financiación.
Por su parte, Pedro Álvarez recuerda que algunos activos pasan desapercibidos para las empresas y que tener actualizada sus valoraciones posibilita la toma de la toma de decisiones en un tiempo más rápido en entornos de incertidumbre.
En el caso de empresas del sector industrial, el grueso del valor patrimonial radica en sus bienes de producción. La principal especificidad que tiene el activo industrial es que es necesario para desarrollar la actividad de la compañía, desde una máquina que tiene entidad por sí misma hasta una instalación compleja de decenas de miles de metros cuadrados. Aunque tradicionalmente el servicio de valoraciones industriales estaba enfocado a grandes corporaciones, la realidad es que ahora cada vez las pymes están demandando estos servicios.
Pedro Álvarez afirma que el “valor de estos activos adicionales al inmueble puede representar hasta 4 y 5 veces el valor inmobiliario del patrimonio de una empresa”.
En cuanto a la emisión del valor, Fernández apunta a que hay una serie de factores fundamentales que deben llevarnos a emitir el valor que nuestro cliente está buscando, sin perder de vista el escenario en que se están planteando las posibles operaciones en las que se va a utilizar nuestros informes. “Es muy importante saber que la valoración se puede llevar a cabo para distintas finalidades y cada una vendrá condicionada por los escenarios que nos está marcando la operación en cuestión”.
Respecto a las ventajas de contar con un valor actualizado de los activos tangibles, los expertos coinciden en la importancia de estar preparado para la incertidumbre.
Así, resulta útil una pauta de actualización suficientemente solvente en un contexto de ola de concurso de acreedores, situaciones preconcursales, liquidaciones voluntarias de líneas de negocio. En este último caso, supone adelantarse y preparar esa venta.