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7 de marzo de 2022
Los activos tangibles representan una parte importante del valor de las empresas, y su valoración profesional supone una ventaja competitiva. Respondemos a las principales dudas.
Los activos tangibles son todos aquellos activos de una empresa que tienen una forma física. Incluyen los fijos, como la maquinaria, los edificios y los terrenos, y los activos corrientes, como las existencias, inversiones y el efectivo.
Para sacar el máximo provecho de ellos, se deben seguir y gestionar de manera profesional.
La categoría de bienes inmuebles incluye terrenos industriales, comerciales y municipales, mejoras de edificios y servidumbres. Los bienes muebles se refieren a la maquinaria, los equipos, el inventario, los vehículos de motor, las instalaciones comerciales, el mobiliario, los equipos informáticos, el cableado, las tuberías y otros elementos similares.
Las valoraciones de activos tangibles de bienes muebles e inmuebles pueden ayudar a minimizar los impuestos, maximizar su rendimiento y obtener una ventaja competitiva.
La valoración de activos tangibles desempeña un papel fundamental en muchas situaciones empresariales, entre ellas destacamos:
Aunque no sean objeto de venta, los activos tangibles representan una parte importante del valor de las empresas y se puede aprovechar estos activos para:
La valoración de activos con finalidad aseguradora consiste en el cálculo del valor de los activos asegurables de una empresa mediante la aplicación de técnicas estandarizadas y generalmente aceptadas.
¿A quién beneficia? Tanto a pymes como a grandes corporaciones con exposición a riesgos de cualquier índole que puedan materializarse en un siniestro.
1. La derogación de la regla proporcional por parte de la compañía aseguradora.
2. El ahorro de prima, en caso de detectarse un supraseguro.
3. Servir como base de negociación en operaciones de compraventa, garantía prendaria o refinanciación ante entidades de crédito, así como una adecuada gestión patrimonial.
4. Disponer de un inventario detallado de los principales medios productivos y conocer las sumas aseguradas por ubicación de cada situación de riesgo.
5. Estructurar los valores de manera adecuada al condicionado particular de la póliza del asegurado.
El deterioro es la pérdida estimada en el valor del activo que representa la dificultad de recuperar, a través de su uso, su venta u otra forma de disposición, la totalidad de su valor contable. Un activo se ha deteriorado cuando su valor contable es superior a su importe recuperable.
Los test resultan de utilidad porque ponen de relevancia la necesidad de cambiar los métodos de amortización, su vida útil o el valor residual.
¿Cuáles son las señales de deterioro? Pueden provenir tanto de fuentes externas (cambios legales, económicos de mercado, etc) como de fuentes internas (bajo rendimiento del activo, obsolescencia, pérdidas).
¿Cómo se comprueba el posible deterioro? El valor en libros del activo será comparado con el importe recuperable, siendo este el valor mayor entre el valor razonable menos costes de disposición y el valor en uso.
¿Cuándo deben realizarse? Se realizan al cierre de la contabilidad anual o cuando existan indicios de deterioro del valor de sus activos. En el caso de los fondos de comercio, deberá analizarse su deterioro obligatoriamente, aunque no existan indicios de pérdida de valor.
¿En qué puede ayudar Gesvalt? Como experto independiente con 25 años de trayectoria, Gesvalt aporta mayor confianza y facilita la aceptación de los valores razonables acreditados en los procesos de auditoría. El servicio de valoración permite identificar las Unidades Generadoras de Efectivo y asignación del fondo de comercio. Además, incluye la realización de informes de valoración sobre los activos sometidos a test de deterioro y la defensa y presentación del informe ante el auditor.
