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21 de agosto de 2023
La inversión en activos para personas mayores tiene buenas perspectivas en el contexto del auge de la economía plateada.
Una clase de activo ganó popularidad en los últimos años. La inversión en los distintos tipos de vivienda para personas mayores tanto en España como en Europa no ha dejado de crecer, en paralelo a la del sector sociosanitario, proporcionando un ROI estable para los inversores.
A medida que España envejece, las soluciones de vivienda para la tercera edad seguirán creciendo y probablemente será una inversión de alto rendimiento y bajo riesgo en los años venideros.
Hoy, se está produciendo entrada de capital privado, en gran parte extranjero, que está acelerando la dinamización de la puesta en marcha de estos nuevos formatos.
No es para menos teniendo en cuenta las rentabilidades que ofrece este modelo. Tras una ligera compresión en las yields, las residencias prime en nuestro país presentan una rentabilidad promedio del 4,5% – 4,7% y esperamos que se mantengan en equilibrio durante el presente ejercicio, compensando las subidas en los tipos de interés con el impacto de la inflación en las rentas.
El senior living combina lo mejor de las residencias para personas mayores, la accesibilidad y espacios pertinentes para la preservación de su calidad de vida, con la autonomía de sus habitantes, logrando una vida de convivencia y unión entre todos los que residen.
Este modelo implica una oportunidad de inversión de múltiples fondos y operadores, pero también atiende a las necesidades de habitabilidad de la población, construyendo en función de ellas.
Por definición, son inmuebles multifamiliares aptos para personas mayores, centrados en el estilo de vida, un estilo de convivencia para las personas que allí residan, con el objetivo de preservar su autonomía en todo momento.
Para satisfacer la demanda de personas mayores autónomas, el mercado ofrece diferentes opciones de alojamiento en residencias con servicios a la carta.
Con una población que envejece, la vivienda para personas mayores está lista para seguir creciendo y probablemente será una inversión de alto rendimiento y bajo riesgo en los años venideros.
Los patrones demográficos en España no dejan lugar a dudas de que la demanda en el sector seguirá siendo fuerte. En nuestro país, en 1950 el porcentaje de personas mayores de 65 años era del 8%, creciendo hasta el 11% en 2010 y alcanzando el 20% en 2022.
El envejecimiento de la población significa, en última instancia, que la necesidad de viviendas para mayores seguirá aumentando.
Algunos números para el análisis. El Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que el 33% de la población tiene más de 55 años y que en 2035 los mayores de 55 ya conformarán entre el 40 y el 45% de la población. Se estima que la población de mayores de 65 años va a seguir creciendo, alcanzando el 30% en 2050, llegando a superar los 16 millones. De hecho, estas previsiones, así como el dato de que España sea el cuarto país en el ranking de mayor esperanza de vida con una media de 83 años, han motivado al perfil inversor, consiguiendo este segmento el 9% del total de la inversión en el sector living en nuestro país.
La velocidad a la que crece este segmento de la población, que es más acusada en los próximos años con crecimientos anuales proyectados del 2%, es el gran aval para la oportunidad inversora en este concepto del living.
El potencial del sector es, pues, notable. El Senior Living implica una oportunidad de inversión de múltiples fondos y operadores, pero también atiende a las necesidades de habitabilidad de la población, construyendo en función de ellas. El sector inmobiliario debe seguir trabajando para adaptarse a las nuevas necesidades de los usuarios y construir un mejor futuro ante una clara unión de los intereses sociales y económicos.