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8 de octubre de 2024
El sector inmobiliario se encuentra en un momento de profunda transformación, influido por múltiples factores que han redefinido las expectativas y exigencias tanto de los inversores como de los usuarios finales.
El sector inmobiliario se encuentra en un momento de profunda transformación, influido por múltiples factores que han redefinido las expectativas y exigencias tanto de los inversores como de los usuarios finales. La pandemia aceleró tendencias que ya se vislumbraban, como la necesidad de adaptar los inmuebles a nuevas formas de trabajo y vida, y ha subrayado la importancia de la sostenibilidad como un pilar central en la gestión y valorización de los activos inmobiliarios.
Como consultora especializada en la valoración de inmuebles, activos financieros e industriales, y en diagnósticos técnicos y de sostenibilidad, observamos que la sostenibilidad ya no es solo una opción, sino una necesidad imperante. La revalorización de activos como oficinas, espacios de «senior living», hoteles, y otros inmuebles, está ahora intrínsecamente ligada a su capacidad para cumplir con las crecientes regulaciones y expectativas de sostenibilidad. En este contexto, la legislación y las normativas emergentes desempeñan un papel crucial.
La sostenibilidad en el sector inmobiliario ha evolucionado de ser un valor añadido a convertirse en un factor crítico que impacta directamente en la rentabilidad y valor de los inmuebles. Este cambio está impulsado por una combinación de factores económicos, regulatorios y sociales que han reconfigurado las expectativas de arrendadores, inversores y usuarios finales. Para los arrendadores, comprender cómo la sostenibilidad afecta estos aspectos es fundamental para tomar decisiones estratégicas que maximicen el valor de sus activos.
La normativa SFDR (Sustainable Finance Disclosure Regulation), junto con la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) y la diligencia debida, están estableciendo nuevos estándares que los arrendadores deben comprender y considerar al gestionar y valorar sus inmuebles.
SFDR es particularmente relevante para los arrendadores que buscan vender sus inmuebles, ya que establece obligaciones de transparencia para los participantes en los mercados financieros en relación con los riesgos de sostenibilidad. Esto implica que los fondos de inversión, que son actores clave en el mercado inmobiliario, están cada vez más enfocados en adquirir activos que puedan clasificarse bajo los artículos 8 o 9 de la SFDR, que se refieren a productos financieros que promueven características ambientales (artículo 8) o que tienen objetivos de inversión sostenibles (artículo 9). Para un arrendador, esto significa que la capacidad de clasificar un inmueble bajo estos artículos puede aumentar significativamente su atractivo y valor en el mercado.
CSRD, por su parte, amplía los requisitos de divulgación de información no financiera para una gama más amplia de empresas en Europa. Aunque inicialmente puede parecer que afecta solo a grandes corporaciones, la realidad es que sus efectos se sienten a lo largo de toda la cadena de valor, incluyendo a los arrendadores. La CSRD obliga a las empresas a reportar sobre cómo sus operaciones afectan al medio ambiente y a la sociedad, lo que incluye el impacto de los inmuebles que poseen o arrendan. Esto no solo influye en la valoración del inmueble, sino que también puede afectar la capacidad de la empresa para atraer inversores y acceder a financiación. Para los arrendadores, especialmente aquellos con carteras significativas, es esencial anticiparse a estos requisitos y preparar sus activos para cumplir con estos estándares.
Diligencia debida se refiere al conjunto de procesos y análisis que una empresa debe realizar para identificar, prevenir, mitigar y dar cuenta de cómo aborda los impactos negativos en los derechos humanos y el medio ambiente. En el contexto de la sostenibilidad, esto significa que los arrendadores no solo deben considerar el estado físico de sus inmuebles, sino también cómo estos inmuebles contribuyen o mitigan los riesgos ambientales y sociales. Por ejemplo, un arrendador que no aborda adecuadamente los riesgos relacionados con la sostenibilidad podría enfrentarse a responsabilidades legales, además de ver disminuido el valor de su propiedad. La diligencia debida en sostenibilidad se convierte así en un elemento central no solo para la gestión del riesgo, sino también para la valorización y comercialización de los activos.
El impacto de la sostenibilidad en la rentabilidad de los inmuebles no puede subestimarse. Aunque tradicionalmente, la rentabilidad de un inmueble se ha medido en función del alquiler por metro cuadrado, la solvencia del arrendatario y el cumplimiento contractual. Sin embargo, la sostenibilidad introduce nuevas variables que pueden mejorar significativamente la rentabilidad de un inmueble, independientemente de la certificación formal del edificio.
Además de la rentabilidad, la sostenibilidad también juega un papel clave en la valoración de los inmuebles. La percepción del mercado sobre la sostenibilidad de un edificio puede influir directamente en su valor, con o sin una certificación formal como LEED o BREEAM.
Los inversores y compradores experimentan un Incremento del Valor Percibido y están cada vez más dispuestos a pagar una prima por inmuebles que demuestren un compromiso con la sostenibilidad. Estos activos son percibidos como menos riesgosos y más alineados con las tendencias futuras del mercado, lo que justifica un valor superior en comparación con propiedades similares que no cumplen con criterios sostenibles.
La creciente regulación en materia de sostenibilidad significa que los inmuebles que no cumplan con ciertos estándares podrían enfrentarse a costes significativos para adaptarse en el futuro, o incluso ver reducido su valor por obsolescencia funcional. Los arrendadores que anticipan estos cambios y adoptan prácticas sostenibles mitigando los riesgos futuros pueden proteger el valor de sus activos a largo plazo, evitando depreciaciones abruptas.
Los fondos de inversión, particularmente aquellos con mandatos ESG (Environmental, Social, and Governance), buscan activamente inmuebles que cumplan con altos estándares de sostenibilidad. Para los arrendadores, esto se traduce en un mercado de compradores más amplio y competitivo, lo que puede resultar en una venta más rápida y a un precio superior.
En Gesvalt, hemos diseñado un plan de acción en múltiples etapas para ayudar a las empresas a adaptarse a los nuevos estándares de sostenibilidad. ¿Listo para comenzar tu transformación?
Estos servicios no solo te ayudarán a cumplir con las regulaciones y mejorar su impacto ambiental, sino que también fortalecerán su posición competitiva en el mercado, incrementarán la rentabilidad de sus activos, y mejorarán su capacidad para atraer inversores interesados en criterios de sostenibilidad.