¿Qué puede ayudar a aumentar el valor de la vivienda antes de la tasación?

¿Qué viene a tu mente cuando oyes el término “valor de la vivienda”? Es probable pensar en una cifra que los potenciales compradores estarían dispuestos a pagar. El concepto hace referencia al valor de mercado, un precio influenciado por la oferta y la demanda, el contexto económico y otras variables.

En cambio, el valor de tasación oficial se refiere a la estimación del valor de un activo reflejado en un informe desarrollado por un tercero independiente bajo una normativa, con un método establecido y que sirve como garantía para un préstamo hipotecario.

La tasación es una parte fundamental del proceso de compra o refinanciación de una vivienda, pero también puede proporcionar una valoración para contratos, divorcios y otras situaciones.

¿Qué buscan los tasadores de viviendas?

Para obtener un rango de valor para una casa, los tasadores tienen en cuenta los precios de venta de inmuebles similares. Una tasación oficial considera un análisis de mercado, incluyendo oferta; demanda; intervalos de precios actuales de venta o alquiler; expectativas de oferta-demanda y de revalorización; diferencias entre el valor de mercado y el valor hipotecario.

En lugar de fijarse en elementos fáciles de cambiar, como la decoración, los tasadores se centran principalmente en factores semipermanentes y permanentes que influyen en el valor.

Desde Gesvalt recomendamos mantener la vivienda en un correcto estado de conservación llevando a cabo pequeñas mejoras de mantenimiento tanto en el interior como en el exterior de la misma, así como en zonas comunes y verdes en función de la tipología de la vivienda.

Estos son los factores más comunes que observan los tasadores y que un propietario puede modificar para aumentar su valor:

Estado de la propiedad. Una casa bien mantenida recibirá un valor más alto que una casa obsoleta con necesidades obvias de reparación.

Tamaño y distribución de la vivienda. El tamaño, la funcionalidad y la usabilidad son factores importantes en el valor de una vivienda.

Actualizaciones recientes. Estas mejoras pueden agregar valor adicional a su hogar y darle una ventaja sobre casas similares. Los ejemplos incluyen remodelaciones de cocinas, convertir un medio baño en un baño completo o agregar más dormitorios y baños. Por otro lado, ejecutar reformas de manera parcial o total de la misma, modificando y optimizando la distribución de las calidades de la casa, mejorando la calidad de los materiales de construcción e instalaciones, así como un correcto aislamiento de la vivienda.

Eficiencia energética. Las viviendas que han renovado sus instalaciones, pueden lograr un ahorro energético considerable, logrando, por tanto, una calificación “alta” como la “A” que certifica, un menor consumo, incluso de un 90% de ahorro con respecto a la vivienda de menor calificación como es la “G”.

Las viviendas que ofrecen soluciones energéticas para reducir las facturas de los compradores potenciales, así como su impacto medioambiental, incrementan el valor de tasación. Cualquier factor de eficiencia energética que sea positivo y atractivo para una mejor comercialización o un mejor mantenimiento podría incidir de forma implícita en el valor del activo y el valorador puede tenerlo en cuenta.

Por lo tanto, aunque la inversión a veces pueda resultar costosa, el retorno de la inversión será más que beneficioso.

Entre las medidas destinadas a incrementar la eficiencia energética, podemos mencionar la instalación de ventanas que limitan la pérdida de energía, mejorar el aislamiento de fachada o agregar paneles solares.

Encuentra más medidas para mejorar la eficiencia energética aquí.